Cuando era chica, y nos íbamos de campamento con mi familia, mi parte favorita era a la noche cuando nos tirábamos a mirar el cielo estrellado.

En mi paso por el club de scouts, aprendí acerca de las estrellas: Las Tres Marías, La Cruz del Sur, etc. Jugar a encontrarlas era una de de las partes favoritas de la experiencia y en general, era fácil identificarlas en el inmenso firmamento.

También sucedía, que si nos quedábamos observando el cielo azabache por unos minutos más, a lo lejos, casi imperceptibles, comenzaban a brillar otras estrellas.

Estrellas que no sabría ni cómo nombrarlas, tan desconocidas, apenas visibles.

Empecemos por acá

“Dicen que todos estamos hechos de átomos, a mi un pajarito me contó que estamos hechos de historias”.

Me gusta pensar nuestra vida como un gran firmamento, en una noche de verano como esas.

Donde cada estrella representa una experiencia o relato de nuestra vida.

Hay algunos muy conocidos, fáciles de identificar. En mi caso, mis historias conocidas son: que soy uruguaya, que a los 18 años me fui de mi casa para estudiar. Que me gusta mucho leer, sobre todo poesía.

Las llamo: historias dominantes.

Pero también hay otras historias que no se cuentan mucho, que incluso parecen tan “chiquitas” que apenas las vemos. Parecen menos importantes, pero también son parte de la trama de la vida. Son aquellas historia-estrellas apenas iluminadas: las historias subordinadas.

Y cada uno de esos relatos, uno a uno van tejiendo una trama.

Estas historias, entrelazadas, dan cuenta de quiénes somos y cómo entendemos el mundo.

¿Cuáles son los relatos que definen tu identidad? ¿Cuáles son las historias que estás dejando por fuera y que te gustaría que brillaran más en el firmamento de tu vida?

Eduardo Galeano, escritor uruguayo.